Una noche soñé que él entraba en mi sueño, y me preguntaba:
- ¿y mis recuerdos? ¿donde están?
- Los tiré al fondo de un pozo sin fondo.
- Pero si no tiene fondo tardarán mucho en llegar.
- Si, creo que por eso es por lo que me está costando tanto olvidarte... debí probar en otro pozo, pero no quiero arriesgarme a sacarlos ahora.
Acabo de dejar un mensaje por una cancíón, ahora dejo este otro por algo más. Tal vez porque leí algo que me llamó la atención. Te dejo una pequeña anécdota. Solo era eso.
"Johann Peter Hebel, el ilustrado cura luterano, escribía en 1808 la breve historia del soñador precavido: el forastero que llega a la casa de huéspedes y que, tras desvestirse en el dormitorio comunal, se calza unas pantuflas y se mete con ellas puestas en la cama. Otro huésped le pregunta a qué se debe esa extravagancia y obtiene esta respuesta: "Es por si acaso. Una vez pisé en sueños un trozo de cristal. Mientras dormía, sentí tales dolores, que por nada del mundo volvería a dormir descalzo".
Que curioso, jeje. Es una bonita anecdota :)
Escrito por Palo a las 21 de Noviembre 2004 a las 07:32 PM