Estaba lloviendo, siempre le había gustado la lluvia, daba golpecitos contra la ventana, como alguien timido pidiendo permiso para entrar, le gustaria salir fuera y quedarse ahi, mojandose, pero no debía resfriarse, estaba baja de defensas, el médico le había avisado que podían pasar cosas que a nadie le gustarían.
No quería volver al hospital, por eso, aunque la lluvia la llamase para jugar, ella tenía que negarse. Y la lluvia se enfadaba y golpeaba cada vez más fuerte, y lanzaba rallos para intentar romper los cristales, pero por suerte no lo conseguia.
Tampoco podía salir cuando nevaba, y los niños jugaban a tirarse bolas de nieve, en los días frios era cuando ella debía cumplir su condena.
a mí también me gustaría un día olvidarme de todo, de las ideas, de los sentimientos, de la vida y simplemente dejar que la lluvia con su dulce caricia líquida me lave. Pero tenmos la costumbre de tener demasiado cuidado; el por-si-acaso que nos impide hacer ciertas cosas. Como estar un tiempo bajo la lluvia, calándote hasta el alma.
Escrito por pg a las 21 de Diciembre 2003 a las 09:07 PM