Un día todo le dolía demasiado, casi no podía respirar y decidió que era el fin, se acercó al puente y miró para abajo, siempre había tenido vértigo, pero esta vez no sintió nada, sin dejar de mirar lo que había al fondo saltó... sí, saltó pero tuvo la suerte de que quedó enganchada de un pie, y un chico que pasaba por allí la ayudó a subir:
- Ay que tonta, me he asomado tanto, que casi me caigo- dijo esperando que el chico se fuera, pero no, él se quedó allí e insistió en pasear juntos. Como pensaba tirarse en cuanto el desapareciera, no le importó contarle por qué no podía respirar, que era lo que le dolía, y las palabras fueron saliendo de su boca poco a poco, y al escucharlas fue pensando en que eran tonterías, simples tonterías a las que les había dado demasiada importancia. Y cuando en su determinación se volvió a acercar para saltar se dio cuenta de que ya no tenía vertigo, pero tampoco ganas de saltar, y no saltó.
Sabes?, ayer mismo pensaba yo en ésto q hoy leo en tu blog... Pensaba el pq algunas personas toman ésa decisión d saltar, y tienen la inmensa suerte,(y digo SUERTE, con todas las letras), y otras en cambio saltan y ahí termina todo.
Te parecerá una tontería, pero siempre pienso pq no hubo algo q pararía su caída... En fin, no darle vueltas.
Un besito Paloma.
Escrito por Nube a las 3 de Diciembre 2004 a las 07:39 PMPS: Cuando me refiero a SUERTE, quiero decir SUERTE pq algo evita q lleguen hasta el final.
Escrito por Nube a las 3 de Diciembre 2004 a las 07:40 PM