Se levantó por la mañana y se dió cuenta de que no tenía ganas de salir, todo lo que le apetecía era quedarse ahí, tumbado, levantar las persianas y ver como el sol entraba intentando acariciarle con sus rayos, cinco minutos más, cinco minutos más... pero si se quedaba tumbado no se levantaría y tenía muchas cosas que hacer.
Una ducha con agua templada, le habían dicho que se duchase con agua fría por las mañanas, que era sano, bueno para la circulación, pero luego tenía que meterse en la cama durante un rato larguísimo, solo para entrar en calor, y no se podía perder el tiempo así.
Tenía que ir a clase y hablar con ella, hoy lo iba a hacer, se lo diría, le daría la mano y le explicaría que por las mañanas su primer pensamiento era ella, y que era lo que le animaba para levantarse, menuda tontería, quizás era demasiado cursi, pero, ya no podía más... tenía que decirselo, llevaba ya demasiado tiempo pensando que palabras utilizar, como explicarle que cada vez que le tocaba la mano, aunque fuera para coger el boli que dejaba de escribir cuando ella estaba cerca por el embobamiento que le inundaba, un escalofrío recorría su espalda y se quedaba haciendole cosquillas hasta dibujar la sonrisa más tonta en su cara.
Cuando llegó a clase ella ya estaba ahí.
- Buenos días.
- Hola... no, ahora no era el momento, esperaría al descanso, no podía ser tan dificil, solo tenía que decirle: ¿podemos hablar un momento? y... ¿si le decía que no? no, hablar no importaba, le habían dicho sus amigos, ¿como te va a decir que no quiere hablar? pero, que pensaría ella, ¿y si le pasaba lo de siempre, que solo de ver sus ojos se sentía perdido y no sabía que decirla?
Todos se levantaron, sin ningún orden, pero sin desorden salieron de la clase, ella estaba ahí, con sus amigas, claro... no se iba a quedar sola, se acercó a ella... ¿podemos hablar un momento? no era tan dificil, no era tan dificil, pero tampoco era fácil.
- Inés, que..., que...
- Arranca chico que parece que te has vuelto tartaja!!- risas, eso es lo que no soportaba, ni a la niñata que lo había dicho, ni que se rieran, Inés también se reía, no se perdió en su mirada, no era la suya, nunca se había reido de él.
- Olvidalo, solo quería los apuntes de hoy, que me he perdido en mitad de clase.